Es habitual contratar un abogado cuando aparece un problema, esto es, de forma reactiva. Sin embargo, no es tan habitual hacerlo de forma preventiva, o sea, antes de que surja el problema de forma que nos evite sorpresas desagradables.

La adquisición de una vivienda sea con el fin de fijar el domicilio, como casa de vacaciones o como inversión, no debe realizarse del mismo modo que la compra de un bien de consumo más, sino que es conveniente realizar una serie de comprobaciones previas pues, si tras la compra no convence, no se puede devolver por el precio pagado simplemente mostrando el recibo de compra.

Un abogado puede comprobar la situación jurídica del inmueble que pasará por revisar la existencia de obras inconsentidas y la posibilidad de regularizarlas; el estado de la comunidad de propietarios o la existencia de gastos extraordinarios; el estado urbanístico de la propiedad y las posibles modificaciones de calificación; aquellas deudas de las que es responsable la propiedad, aunque no aparezcan en el registro de la propiedad; etc.

Asimismo, un abogado podrá asesorarle en los gastos derivados de la compra de la vivienda, como son los impuestos a pagar consecuencia de la adquisición de la vivienda, pero, también, los impuestos que deberán abonarse durante el tiempo en que se sea propietario o los derivados de una posterior transmisión.

Un abogado experto en compraventa de inmuebles revisará la escritura que firmará en la notaría asegurándose de que no solo cumple los requisitos formales exigidos sino que además le protege de posibles vicios que tuviera la propiedad y que fueran desconocidos al tiempo de adquisición.

Si está pensando en adquirir un nuevo bien inmueble y desconoce su estado, consulte con los profesionales de Agote Diez Abogados quienes podrán revisar el estado legal de la vivienda y asesorarles en aquellas dudas que le puedan surgir.